FILOSOFÍA, ARTES ESCÉNICAS Y EDUCACIÓN
La puesta en escena de Critón o del deber de Platón, en Educación Media Superior (Nuevas prácticas filosóficas dentro y fuera de las aulas)
Por D.T.I. Pedro Corzo Corea*
Un pueblo sin teatro es un pueblo sin verdad
Rodolfo Usigli [1]
Tal y como se plantea en el texto «La Filosofía. Una Escuela de la Libertad. Enseñanza de la filosofía y aprendizaje del filosofar: la situación actual y las perspectivas para el futuro”, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), este ejercicio de reflexión se circunscribe en el contexto de lo que en dicho escrito se denomina “otras dimensiones de la filosofía”, no solo en cuanto a la enseñanza, sino que también en cuanto al aprendizaje. Es decir, que no solo se puede filosofar en otros lugares, aparte del aula, sino que además se puede filosofar de otras maneras: informal, natural, espontánea[2] y, por qué no, de forma teatral, escénica. De esto último trata este ensayo.
Las actividades didácticas de enseñanza-aprendizaje de la Filosofía, las Ciencias, las Letras y las Artes se puedan llevar a cabo con diversos recursos, entre ellos los de las artes escénicas, y deben estar especialmente diseñadas para incentivar y desarrollar en los educandos habilidades primordiales y competencias básicas que les permitan obtener un desarrollo del pensamiento reflexivo, crítico y propositivo, que a su vez sea la base para que continúen aprendiendo por sí mismo el resto de sus vidas
Por ello, como Docente, Tutor e Investigador, miembro de la Academia de Filosofía, del Plantel Tláhuac “José Ma. Morelos y Pavón”, del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (IEMS), en coordinación con estudiantes de Filosofía I, II, III, IV y de Filosofía Política, he diseñado una actividad didáctica en la cual convergen asuntos alusivos a las competencias de las asignaturas mencionadas.
En el marco de algunos de los Encuentros de Artes Escénicas del IEMS, que se llevan a cabo cada año, desde el año 2000, hace 20 años, se ha compartido con los espectadores una interpretación dramática y sintética del Critón o del deber de Platón, que he dramatizado por escrito, como puesta en escena de teatro escolar, para ser representado por estudiantes de las asignaturas de Filosofía del nivel medio superior del IEMS. En el sentido que plantea Oscar Brenifier:
filosofar consiste en restaurar la tradición socrática de la filosofía –basada en la confrontación con el discurso de uno mismo y con el de otros que implica todo diálogo-y en profundizar en los presupuestos latentes que estas opiniones encubren. Este enfoque de la práctica filosófica, inspirado en la mayéutica socrática, y que pretende implantar una concepción más bien social o comunitaria de la filosofía, implica un auténtico giro copernicano en la enseñanza de la filosofía y, por extensión, de la concepción de la educación.[3]
En cuanto a los docentes, como ejecutores de actividades de enseñanza, los principales objetivos que se persiguen con ésta propuesta son:
- Contribuir con el permanente desarrollo profesional de los profesores.
- Enriquecer estrategias de trabajo con los estudiantes.
- Intercambiar puntos de vista.
- Reflexionar en torno a la práctica docente, en aras de actualizar y perfeccionar técnicas de enseñanza-aprendizaje y poder aplicarlas a favor de un aprendizaje más eficaz de los educandos.
Ante la pregunta ¿tienen las artes escénicas alguna utilidad en la práctica docente? La respuesta es sí. Y se precisa que tienen un amplio espectro de aplicación en la formación y actualización de la práctica docente, dado que coadyuvan a mejorar el comportamiento y rendimiento educativo de los docentes y estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Lo anterior se fundamenta en las consideraciones siguientes:
Consideración No. 1
Las artes escénicas tienen gran utilidad en el proceso de formación de los educadores, para que puedan crear herramientas pedagógicas efectivas. Con base a Héctor Azar[4]:
[…] habremos de llamar teatro escolar o educacional [al que tiene como] finalidad [una] experiencia […] educacional y el público a quien va dirigido: los escolares [de cualquier nivel, y que pueda] servir de auxiliar efectivo en la exposición de los valores educacionales.[5]
Consideración No. 2
Tradicionalmente, tal y como lo plantea George Laferriére, de la Universidad de Quebec, Canadá, se observa que el arte dramático y la escuela se presentan como “[…] mundos diferentes y parecidos, que se conocen mal entre sí, porque […] pocas veces [nos] hemos [ocupado] de unirlos.”[6]
Se pretende encontrar vasos comunicantes entre el teatro, en lo particular, y las artes escénicas, en lo general, con la educación, con la práctica docente y de aprendizaje de la Filosofía. A la manera de Alberto Ravenga, del Instituto Público La Llauna, de Barcelona, “debemos ir más allá del contenido disciplinar y explorar la puesta en escena (didáctica) del contenido”[7] disciplinar. Y en el mismo sentido, el Dr. Luis María Cifuentes Pérez, afirma que la “Filosofía, como como disciplina curricular que ha de ser enseñada, se inserta dentro de la propia didáctica de la Filosofía, pues ésta no puede concebirse sin su capacidad de ser enseñada”[8]
Consideración No. 3
El arte dramático es una poderosa herramienta didáctica para la enseñanza de asignaturas diversas, apud George Laferriére:
[…] el arte dramático está constituido por un conjunto de valores, reglas, principios, preceptos, modelos y muchos datos teóricos y prácticos cuya meta es guiar las intervenciones del profesor a fin de mejorar los aprendizajes de todos los participantes.[9]
Así que en Quebec, Canadá, la Comisión de Terminología de Educación precisa que el arte dramático es poseedor de un método educativo denominado pedagogía artística, entendida como un “Conjunto de procedimientos que utilizan los docentes recurriendo a los conocimientos e instrumentos propios del arte y de la pedagogía”[10].
Consideración No. 4
Laferriére afirma que el arte dramático tiene una importante analogía con la práctica docente, a saber:
[…] de la misma manera que un director de teatro utiliza todas las técnicas y todos los instrumentos teatrales que tiene a su disposición para demostrar su conocimiento y su competencia con sus actores, el [docente] utiliza todas las técnicas y todos los instrumentos a su disposición para demostrar su conocimiento y competencia con los alumnos. En ambos casos, los dos se sirven de la educación creativa y se les podría definir como artistas-pedagogos [o pedagogos-artistas] [11]
El mismo autor, apud L. Ryan en su obra Innovation créatrice, Montréal: Ed. PUQ, 1986, precisa que la educación creativa es:
El […] ‘acto de acompañar a alguien en su busca de la expresión, dándole plena libertad de ser y ofreciéndole medios para que se exprese lo mejor posible. Es una educación cuya meta es desarrollar actitudes creativas que llevarán al [estudiante] a vivir plena y auténticamente’.[12]
Y continúa Laferriére, con base al planteamiento de J. Leif [13], que el asunto en la educación, en relación a la noción de “acto de acompañar”, que por cierto es fundamental en el rubro de Tutoría, en el IEMS, consiste en:
[…] ayudar a imaginar y a descubrir, a sugerir caminos que conduzcan a las preguntas que permiten que [el educando] tenga una apertura a la comprensión, la explicación o la justificación […] que ponga a los estudiantes en situación de investigación y les dé la oportunidad de encontrar sus propias respuestas […] [14]
Consideración No. 5
En el seno del Equipo Interdisciplinario de Investigaciones Escénicas (EIIE) del IEMS, como foro o espacio de reflexión, debate, investigación y de intercambio de opiniones sobre asuntos educativos, se contempla, tal como lo precisa Laferriére, el “[…] cruce de […] disciplinas y, también de contenidos y agentes […].”[15] Tal intersección es válida y producto del análisis e interpretación que se efectúa sobre el quehacer docente en el IEMS. Por ello, se considera que la noción de interdisciplina es indispensable y útil en la formación docente.
Además y sin existir limitación, tal como lo plantea Héctor Azar:
Es el momento […] en que el estudiante [y el profesor] deben cruzar la línea del espectador para volverse autores y actores de sus experiencias teatrales [y educativas]. Es indicada en ésta fase la creación de clubes [como la Agrupación Amigos del Teatro en el Plantel Tláhuac “José María Morelos y Pavón”] y talleres teatrales [creados ya por varios Docentes, Tutores e Investigadores, en la mayoría de los planteles del IEMS, tanto del escolarizado como del semiescolarizado] sobre la base de realizar el teatro como medio audiovisual.[16]
Por lo anterior, se propones las siguientes Líneas de las Artes Escénicas en Educación, a saber:
Consideración No. 6
Para finalizar, se sugieren talleres de formación docente, en los cuales se instrumenten las tres líneas de las artes escénicas, en relación a la educación, que permitan “[…] imaginar, buscar y encontrar nuevas soluciones constantemente”.[17] Talleres en los cuales el docente reflexione sobre cómo debe enseñar su saber o disciplina.
Formación docente entendida como el “conjunto de acciones diseñadas y ejecutadas por la autoridades educativas [locales y federales] que imparten educación básica y media superior (…) de educación superior para proporcionar las bases teórico prácticas de la pedagogía y demás ciencias de la educación”.[18] Y la correspondiente capacitación concebida como el acervo de actividades “encaminadas a generar aptitudes, transmitir conocimientos o detonar habilidades específicas para el ejercicio de la función docente”.[19]
Consideración No. 7
Es indiscutible que si lo anterior se lograse, de acuerdo con Bertolt Brecht, entonces:
Es evidente lo mucho que se ganaría si, por ejemplo, el teatro o el arte en general fueran capaces de producir una imagen practicable del mundo. Un arte capaz de ello estaría en condiciones de influir profundamente en el desarrollo social. Ya no se limitaría a dar origen o impulsos más o menos ciegos, sino que brindaría el mundo al hombre que siente y piensa, le brindaría el mundo de los seres humanos para que en él efectúe su práctica.[20]
La escuela de Atenas, de Rafael Sanzio
Por todo lo anterior
Se establece que las artes escénicas colaboran a obtener una experiencia educacional, que en éste caso, al montar la señalada obra, Critón o del deber, de Platón, auxilia para adquirir las competencias plasmadas en los Programas de Estudio de Humanidades del IEMS, de manera específica de la asignatura Filosofía II, pero también de las demás asignaturas filosóficas (Filosofía I, III, IV y Filosofía Política) como son:
- Distinguir, analizar y evaluar los discursos argumentativos en sus formas lógica y retórica con el fin de identificar intenciones y usos del lenguaje.
- Construir distintos tipos de argumentos que permitan participar en debates, probar o demostrar ideas y expresar posiciones con fundamentos suficientes.
- Contextualizar problemas morales y éticos de nuestro entorno con el fin de tener mayor conciencia para la toma de decisiones.
- Analizar críticamente las manifestaciones artísticas a partir de consideraciones estéticas y reconocerlas como parte del patrimonio cultural, su defensa y preservación.
- Desarrollar nuestro potencial artístico, como manifestación de nuestra personalidad y arraigo de la identidad, considerando elementos objetivos de apreciación estética.
- Evaluar de manera crítica los fundamentos éticos de las diversas formas de organización política para incidir en el desarrollo de la comunidad
En el Critón o del deber se encuentra lo siguiente:
- Un debate en tanto que hay opiniones contrapuestas entre tres personas (Critón, Sócrates y la Ley).
- Una introducción al tema sobre el que se debate (huir o no huir de la cárcel en la que está recluido Sócrates).
- Exposición de una tesis u opinión que se sostiene con razonamientos (al inicio Critón le propone a Sócrates que huya).
- Posturas positivas, que son pruebas que apoyan las tesis de huir.
- Posturas negativas, que son razonamientos contrarios, que rechazan las tesis u opiniones iniciales de huir.
- Un cuerpo argumentativo que consiste en un conjunto de razonamientos que pretenden convencer a Sócrates, de que escape; y otro que radica en un grupo de razones que están orientadas a impedir que Sócrates se fugue de la cárcel
- Para finalizar con una conclusión, en la cual Sócrates decide no huir, por las razones que se habrán de ver a lo largo del diálogo. Es sorprendente ver la primera reacción de los estudiantes de Filosofía II, de segundo semestre de bachillerato, al extrañarse de por qué Sócrates no aceptó la propuesta de su discípulo Critón de que escapara, sobre todo que “ya todo estaba arreglado”. Comparada con la segunda respuesta, una vez que han leído todo el diálogo, y de manera especial cuando se fue profundizando, en cuál es el planteamiento de Sócrates. Al llegar al grado, que se convencen que Sócrates era un hombre de honor, de palabra, y que respetaba sus principios, y también veneraba la ley de donde vivía. Gabriel Vargas Lozano, en su obra Filosofía ¿para qué? afirma:
La filosofía enseña a comprender la complejidad de la acción humana y a distinguir el discurso propiamente filosófico respecto del ideológico y del científico, y a estudiar las formas mediante las cuáles la humanidad ha venido rompiendo con esquemas fosilizados y accediendo a una comprensión compleja del ser humano y del mundo para lo cual se interrelaciona con la ciencia y se produce a través del diálogo entre las diversas culturas.[21]
8. Pero además y de forma clara, hay un dilema moral, es decir, una circunstancia en la que es necesario elegir entre dos opciones: huir o no huir.
9. Todo en una obra de arte propia de las artes escénicas en la cual se integran: actuación, representación de historias frente a una audiencia, combinando discursos, gestos, escenografía, vestuario, música, sonido y espectáculo.
Tal ejercicio teatral, escénico, como se describe, cuenta con un elenco conformado por dos actores y una actriz, y un equipo de producción de 30 elementos (Dirección, Asistentes de Dirección, Audio, Fotografía y Video, Maestros de Ceremonias, Vestuario, Pancartas, Logística, Recepción, y Seguridad) bajo la Dirección del D.T.I. Pedro Corzo Corea, profesor de Filosofía del Plantel Tláhuac “José María Morelos y Pavón” del IEMS.
La idea central es aproximar al estudiante a un texto filosófico clásico, y que se inserte en una dinámica de búsqueda de la comprensión de lo que el texto plantea. Apud Johannes Rohbeck, de Tecnische Universät Dresden:
Los textos no se entienden por sí mismos. A su comprensión pertenece un lector activo que se apropie autónomamente de un saber que no es el suyo. La exigencia mínima consiste en comprender las ideas de un autor, lo cual, sin embargo no sería en absoluto posible sin las ideas propias”. [22]
Todos los estudiantes involucrados se apropian del texto, en tanto que se “vuelven” Sócrates, Critón o la Ley: Ello sucede al “tallerear” el texto, que es algo más que discutir en grupo el contenido del diálogo, dado que cada uno de los participantes, actriz, actores, o equipo de producción, deben poner toda su atención al relato en cuestión. El ambiente se vuelve intenso y personal, y la retroalimentación es permanente, ya que entre todos se va construyendo la mejor forma de interpretar el rol que a cada uno corresponda. Dicha retroalimentación se potencia, una vez que se van sucediendo los ensayos, los cuales se efectúan, una vez que cada quien tuvo claro qué es lo que tiene que hacer, cómo, cuándo, dónde, y antes de quién y después de quien, debe actuar.
Se pretende coadyuvar a que el estudiante de educación media superior ingrese a una actitud de búsqueda de sí mismo y que “descubra” cuál es el papel o personaje que desempeñará en su vida porvenir. Según N. Volkov, en el Estudio Preliminar de Mi vida en el arte, de Konstantin Stanislavski, estableció que éste, pretendió escribir sobre el “sistema de creación escénica” que él empleó. En dicho “sistema” se intenta ingresar a una condición de “trabajo interior y exterior del artista [en éste caso el estudiante] sobre su propia persona” y “el trabajo interior y exterior sobre el personaje [¿qué será en su vida?]”.[23]
* D.T.I. Pedro Corzo Corea: Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Cuarenta y un años de experiencia docente en Filosofía en Educación Media Superior. Actualmente Docente, Tutor e Investigador en el Instituto de Educación Medio Superior de la Ciudad de México, y miembro del Observatorio Filosófico de México. corzo1@yahoo.com
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[1] (Ciudad de México, 1905-1979) Dramaturgo mexicano que llevó a cabo una completa renovación escénica en su país; abordó el teatro desde las más variadas actividades (crítica, puestas en escena, promoción desde cargos oficiales) y brilló como autor de un sólido conjunto de piezas inseparables de la realidad nacional. Convencido de que la función del teatro era decir la verdad sobre la sociedad, su trabajo y técnicas teatrales inspiraron a toda una generación de dramaturgos, en la que destacaron E. Carballido, S. Magaña y J. Ibargüengoitia. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/u/usigli.htm
[2] Apud, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), La Filosofía. Una Escuela de la Libertad. Enseñanza de la filosofía y aprendizaje del filosofar: la situación actual y las perspectivas para el futuro, Trad. UNESCO, México: UNESCO 2011, p. 153.
[3] Oscar Brenifier, Enseñar mediante el debate, (tr.) Gabriel Arniz, México: Edĕre, 2005, p. 15.
[4] El maestro Héctor Azar (1930-2000). Dramaturgo mexicano, director de escena, formador de actores, promotor teatral y cultural, escritor y maestro. En pocas palabras, un Zoon Theatrykón (animal teatral), como él mismo se definía. Tiene una presencia insustituible en el teatro y la cultura nacional. Recorrió incansablemente los escenarios del teatro y la cultura de nuestro país durante más de cincuenta años para dejar su huella imborrable: como director llevó a escena más de un centenar de obras teatrales; como dramaturgo nos legó obras como La Appassionata, El Alfarero, Inmaculada, Olímpica, La higiene de los placeres y los dolores, y Diálogos de la clase medium, entre otras. Como promotor teatral, el teatro mexicano le debe la creación de instituciones como Teatro en Coapa, el Centro Universitario de Teatro, la Compañía de Teatro Universitario, la Compañía Nacional de Teatro, el Foro Isabelino y el Centro de Arte Dramático, CADAC. http://hectorazar.blogspot.mx/
[5] Héctor Azar, Teatro y educación: primaria, media superior. México: INBA-UNAM, 1964, p. 5
[6] Georges Laferriére: La pedagogía puesta en escena, Prólogo Tomás Motos, España: Ñaque Editores, 1997, p. 16.
[7] Alberto Ravenga, “Las relaciones entre Filosofía y Didáctica”, en Luis María Cifuentes Pérez, et. al., Didáctica de la Filosofía, España: Graó, 2010, p. 11.
[8] Luis María Cifuentes Pérez, et. al., Didáctica de la Filosofía, España: Graó, 2010, p. 5.
[9] Laferriére, Op. Cit: p. 18.
[10] Ibid.
[11] Ibid.
[12] Ibid
[13] Leif, J, L’ Imagination crétrice, créativité, Paris: Delagrave, 1985, 75 pp.
[14] Laferriéres, Op. cit. P. 19.
[15] Ibid, p. 13.
[16] Azar, Héctor, Op. cit. P. 9.
[17] Laferriére, Op. cit., p. 19.
[18] México, Leyes. Estatutos, etc., Decreto por el que se expide la Ley Reglamentaria del Artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Mejora Continua de la Educación. México: Diario Oficial de la Federación, 2019, Art. 15.
[19] Ibid
[20] Bertolt Brecht, “Una nueva actitud ante el teatro: de la identificación al distanciamiento”, en: Sánchez Vázquez, Adolfo, Antología. Textos de estética y teoría del arte, Lecturas Universitarias No. 14., México: UNAM, 1972, p. 415.
[21] Gabriel Vargas Lozano, Filosofía ¿para qué?, Desafíos de la filosofía para el siglo XXI, México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, 2014, p. 76.
[22] Johannes Rohbeck, “Transformaciones didácticas”, (tr.) Manuel Orozco Pérez, en Rafael V. Orden Jiménez, et. al., Diotima o de la dificultad de enseñar filosofía, Akroásis, Serie de Didáctica de la Filosofía, Salamanca: Escolar Mayo Editores y Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid,, 2016, p. 19.
[23] Stanislavski, Konstantin, Mi vida en el arte, Estudio Preliminar de N. Volkov, Edición y corrección: Royma Cañas, La Habana: Ed. Alarcos, 2013, p. 28.
Bibliografía
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Laferriére, Georges, La pedagogía puesta en escena, España: Ed. Ñaque, 1997, 173 pp.
Laferriére, Georges, Prácticas creativas para una enseñanza dinámica, España: Ed. Ñaque, 1997, 173 pp.
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Vargas Lozano, Gabriel, Filosofía ¿para qué? Desafíos de la filosofía en el siglo XXI, México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa (UAM-I), 2014, 154 pp.